Llevamos 3 o 4 días disfrutando de la luz y el calorcito, una sensación olvidada después de tantos días de invierno. Es como un recuerdo de que pronto llegará la primavera.
Casi ya está aquí, las grullas hace un mes que empezaron a pasar, a volver, ruidosas y con ganas, incansables ellas, un placer verlas de nuevo.
También en los arboles se nota que algo está despertando, que ya ha pasado lo más oscuro, el invierno.
Todavía llegarán días de frío y nieve, de agua, grises… de esos de estar en casa y no salir casi. Pero ya son pocos.
Todo se va moviendo despacito, casi no se nota: está despertando la vida otra vez, y nosotros también.
Hoy no conseguía meterme en casa a la tarde, cualquier excusa era buena para salir a la calle, en Saragüeta.
Ya entran ganas de limpiar el jardín, de leer un rato en la calle, de estar sin más escuchando esos suaves silencios que nos da la tierra.
¡Qué bueno! se acerca otra primavera, despacito, pero ya llega y es para quedarse.
Udaberria.
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